Esto no es un adiós, pero lo es

P - Hasta aquí hemos llegado gente, quisimos dominar el mundo y terminó el mundo por dominarnos a nosotros. Sí, sé que es una frase muy profunda y bonita (cambiando estado de whatsapp). No, pero en serio, empezamos porque ambos íbamos para publicistas, a ambos nos gustaba el cine (Albert es un gran seguidor de Orson Welles e Ingmar Bergman) (es coña, obviamente), y ambos nos aburríamos mucho, y claro, qué mejor idea que hacer un blog (¿ironía...?), nos lo curramos mucho, un tiempo que podíamos estar haciendo el retrasado como jóvenes normales lo gastamos en daros educación cinéfila y en proporcionaros unas buenas risas, pero llega un momento de toda persona que se da cuenta que no puede seguir con su blog de gilipollas. ¿Es que estamos demasiado ocupados preparándonos para el futuro? Claro, es eso (almenos eso diremos si nos preguntan), es la universidad que nos cobra demasiado tiempo. Pero, si nos ponemos serios, tenemos que reconocer que eso de tener que cumplir ciertas pautas que nos habíamos metido le quitaba el gustillo a la cosa, porque cuando un hobby pasa a ser una obligación pierde la gracia. Y por ello dejamos este blog, aunque siempre nos quedaran esos directores locos que permanecen al otro lado de la cama o esos dioses de las series de televisión. Sin embargo yo seguiré en un nuevo blog en el que esta vez publicaré lo que quiera y cuando quiera, puede que sea más personal, pero seguiré con mis gilipolleces en Rozando la paranoia y, por otro lado, seguiré comentando cine a mi manera en El crítico sempiterno. Hasta luego queridos taquilleros (espero que seáis fieles y me sigáis leyendo en mi nuevo blog).

A - Será una de las pocas veces en las que le daré la razón a mi compañero, cuando algo que te entretiene pasa a ser algo que te limita y obliga se termina rápido. Fue bonito mientras duró, nos hemos reído, hemos criticado todo lo que haya sido grabado y titulado sobre la faz de la tierra (sin perder nuestro sentido de la exageración), hemos sido incompetentes de cojones, te toca a ti, no te toca a ti... Pero bueno, nos desentendemos de todo este mundo, os dejaremos de molestar publicando 40 veces por semana contenidos que a muy pocos os interesan realmente. Liberaré a la familia de Coreanos que tengo en mi sótano obligados a compartir y spamear, te echaré de menos Chung Lee (no es el primer nombre racista oriental que se me ha venido a la cabeza eh...). No quiero enrollarme más porqué no quiero que mi compañero, aquí presente, me vea llorar (para él, (P - Soy el que te corrige las faltas, él lleva acento si es pronombre personal) soy un ejemplo a seguir...). En fin, como el titulo dice... Esto no es un adiós, bueno, si... 

Dioses Seriéfilos: Frank Underwood (feat. Doug Stamper)

           Doug Stamper                                              Frank Underwood
Siguiendo la racha de los últimos dioses seriéfilos que hemos presentado (más de uno), seguimos el ritmo esta semana con el protagonista de la portentosa "House of Cards", Frank Underwood, junto con su mano derecha, Doug Stamper. Antes que nada veo necesario destacar que "House of Cards" es una serie que básicamente relata la vida de un congresista demócrata (Underwood) que pretende adueñarse de la Casa Blanca, por decirlo de una forma simple, por lo que esta serie es muy diferente de cualquiera que hayas visto, es muy cargada, enrevesada, que si no tienes unos ciertos conocimientos sobre el tema probablemente te perderás en más de una ocasión... no es una serie redonda, sin embargo, aunque empieza siendo bastante tediosa (la primera temporada en general), la segunda temporada resulta más dinámica y finalmente la tercera siendo la mejor. Eso sí, en apartado técnico es una auténtica gozada. Pero si hay que destacar algo por encima de todo, eso sin duda es la actuación de Spacey (y la de Robin Wright). Aunque me encantaría comentar más la serie en general, no quiero spoilear a nadie, por lo que procediré a hablar sobre nuestros dioses seriéfilos.

Por un lado tenemos a Frank Underwood, uno de los personajes más carismáticos que hemos podido ver en una serie de televisión y con una labia digna de admirar. Ahora bien, sus motivos pueden ser ya más o menos cuestionables, pero nadie le quita su talento. Aparentemente un hombre afable, considerado, patriótico. Aparentemente. Pero poco a poco nos van introduciendo al verdadero Frank Underwood (que viene a ser un "Dexter" del mundo político) y vamos entendiendo que eso es pura fachada. Es un frío, calculador e implacable hijo de puta. Y a todos nos encanta por ello. Siempre todo sale justo como él planea y cuando no es así siempre tiene algún as en la manga para arreglarlo. Sería un buen psicópata para una película de terror.

Ojo, pero no podemos olvidar de su mano derecha... y su ojo derecho, y su oído derecho. Su todo derecho. Porque admitámoslo, Frank Underwood no sería lo que es si no fuera por Doug Stamper, un hombre que, a pesar de no ser tan frío como su jefe, si es un hombre muy práctico e igual de implacable. Puede que tenga mejor corazón que Underwood, pero eso no le impide hacer su trabajo, un hombre que parece no poderse equivocar nunca, para mí superior a su jefe, sinceramente (y con un mundo interior mucho más complejo).


Para resumir: el dúo más peligroso en el mundo político. Dos máquinas como estos no se andan con chiquitas, no, si te metes en su camino ten por seguro que tu vida se verá arruinada irremediablemente. Don't fuck with Frank and Doug.


Al otro lado de la cama: Richard Linklater

Aunque se podría decir en cierta forma que no es un director del todo "anti-comercial", sí que tiene un estilo muy característico. Para los que no lo conozcáis, se trata del director de "Boyhood". Sí, esa película que todo el mundo decía que era tan buena y que ganaría tantos Oscars y que al final se quedó con las ganas. Sin embargo, antes de llegar a esa pedazo de película que es "Boyhood" (¿se me nota tanto que soy un fanboy?) hablaremos de el resto de su filmografía. Pero si tengo que decir algo significativo de Richard Linklater, es que actualmente sigue haciendo las películas exactamente igual que cuando empezó, así que si algo se puede decir de Richard Linklater es que es fiel a sus ideas. Y vaya ideas.

Aunque no me he visto toda su filmografía, he visto lo suficiente como para decir lo buen director que es este tío, porque lo es y de sobra. En parte puedo entender su limitado éxito comercial (aunque tiene películas más comerciales y de más éxito que otras), básicamente es debido a que su cine es mucho más personal e intimista que el cine al que estamos acostumbrados. Y por "personal e intimista" no me refiero a un caballero de la edad media teniendo una partida de ajedrez con la muerte. No, me temo que Linklater no es Bergman. Ni es ni pretende ser tan trascendental como este, es un intimismo mucho más terrenal y directo, no necesita recubrirse de metáforas para reflexionar sobre la vida, le basta con mostrarte unos personajes que viven sus vidas. Porque de eso tratan sus películas, de gente viviendo sus vidas.

No hablaré de "Boyhood" pues ya hicimos una crítica dialogada sobre ella en su momento. Por lo tanto, empezaré hablando de su primera película reconocida, "Movida del 76". La popularidad que ha ganado se debe a que se la considera de los mejores (si no el mejor) retrato de la adolescencia en los años 70. Y lo hace de una forma muy simple: se acaba el instituto para unos y empieza para otros. ¿Pues que hacemos nosotros? Observar como varios de estos estudiantes pasan sus últimas/primeras horas en este instituto. Mediante situaciones sencillas y naturales, nos metemos en seguida en sus vidas y disfrutamos con ellos, de una curiosa forma nos sentimos orgullosos/avergonzados de ellos, como si en apenas hora y cuarenta los hubieramos parido y visto crecer. No tiene acción, ni tramas intrincadas, solo tiene un desarrollo increíblemente humano y natural de personas. Puede parecer extraño, pero es una película (aunque no perfecta) muy satisfactoria.

¿Que más nos puede ofrecer Linklater? Pues para empezar la mejor trilogía romántica que ha parido el cine. "Antes del amanecer", "Antes del atardecer" y "Antes del anochecer" son las tres películas que forman esta trilogía. ¿Qué tienen de especial? Pues muchas, muchísimas cosas. Os sorprenda o no, no follan en ninguna de las tres películas (explícitamente), sin embargo a la vez el sexo es un tema recurrente (sin serlo demasiado) y es tratado como otro tema dentro de lo que implica el término "amor". Dos jóvenes se conocen en un país extranjero, empiezan a hablar y se enamoran. Eso fue "Antes del amanecer" en 1995. Nueve años más tarde (ficticios y reales) esta pareja se volvería a encontrar para volver a discutir sobre el amor. Y finalmente nueve años más tarde, en el 2013, esta preciosa pareja vería su último encuentro, puede que menos romántico que sus anteriores encuentros, pero sí más maduro, más centrado (probablemente la mejor de la trilogía). Estas tres películas son de visionado obligatorio para cualquier fan del cine romántico. O del cine. Que coño, para cualquiera.

Y como joya de la corona (no quiere decir que sea la mejor, pero me apetecía usar la frase), quiero destacar una de sus más extrañas obras: "A Scanner Darkly". Se trata de un thriller de ciencia ficción basado en un relato de Philip K. Dick (autor de "Blade Runner") muy especial. Sin abandonar su tipo de cine personal, combina elementos desde surrealistas, de humor negro, policíacos... Aunque no deja de ser un precioso relato, irónico y duro, sobre una sociedad futurista "vencida" por una droga. Está llena de actores famosos, otra cosa es que los reconozcáis, pues está creada con una especie de "efecto dibujo" muy curioso. Brillante película.